Lo único
que te sirve para combatir tu hambre, voraz apetito insaciable, es llamarte
gorda hasta la saciedad, gordagordagordarregorda-gordamarranaquemedasasco,
y tanto te lo dices que te lo crees, gordagordarregorda-vacasuizaembarazada,
te crees la hija gorda que tuvo un barril con una vieja lavadora, eso te
ayuda, el hambre lentamente se aleja, apesadumbrada la ves irse, la ves como se
aleja, y sólo te resta darte palmaditas en la barriga, serégordaperotengovoluntad, te dices, y algo parecido al llanto se
convierte en humo ardiente que ronda tu paladar y más que gorda te sientes fea
y sacas una barra de chocolate y la devoras DE UN SOLO MORDISCO.
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